Cómo gestionar una crisis de confianza

CASO ÉBOLA – En ocasiones las entidades sufren ciertos contratiempos que pueden perjudicar su imagen pública, los cuales deben resolver con el menor tiempo posible para que su credibilidad e imagen se vea afectada de la menor manera posible. En el caso de una empresa privada suelen suceder ocasionalmente y es de vital importancia reaccionar a tiempo o anticiparse, ya que en estos casos está en juego la integridad económica de la empresa.

La cosa es diferente cuando hablamos de entidades públicas, y más si es el Gobierno de un país como España (y todavía mucho más si es el liderado por Mariano Rajoy).

Difícilmente se recuerda en España otro partido que haya sufrido una crisis de confianza tan grave como la que se enfrenta en estos tiempos el Partido Popular.

En este apartado analizaremos la siguiente noticia:

VOZPOPULI  – 10.10.2014                                    

El silencio de la ministra: Ana Mato no da la cara por el ébola tras el Consejo de Ministros

El Gobierno, que esta mañana debía estudiar el informe de la titular de Sanidad sobre el contagio de la auxiliar, evita que comparezca ante la prensa. Solo el pasado lunes, tras conocerse el escándalo, convocó a los medios para dar explicaciones.

CRISIS MANAGEMENT

En este caso se trata de una crisis generada por factores internos y externos, como fueron la mala gestión por parte del Ministerio de Sanidad en el caso de contagio y las posteriores críticas que surgieron en la agenda pública, sobre quien era el culpable.

Utilizaremos esta noticia para mostrar lo que es una mala gestión de crisis en Relaciones Publicas.

  • En primer lugar debemos tener en cuenta el tiempo de reacción de una entidad ante adversidades como ésta. El Gobierno tardó hasta 4 días en responder ante los medios. En Estados Unidos ante el mismo problema se tardó tan solo 12 horas en comparecer ante los medios.
  • No mostrar sensibilidad hacia el tema. No hubo aproximación a los hechos por parte de la Ministra de Sanidad, Ana Mato.
  • Mensaje pobre: No se reconoce el problema y no se da una explicación clara. El mensaje no transmite ninguna seguridad hacia los ciudadanos.
  • Desviación de la culpabilidad hacia una persona afectada y enferma. Fuera de asumir responsabilidades y justificar los errores se dirige la causa del problema hacia una mala actuación de la auxiliar de enfermería Teresa Romero.
  • En un caso de tal magnitud se debería tener un plan proactivo y no reactivo como ha sido el caso. En primer lugar en el protocolo de actuación ante enfermedades desconocidas y potencialmente peligrosas. Y por otra parte la justificación publica por parte de Ana Mato. Un discurso poco preparado y sin ningún control de la situación ante preguntas comprometidas. Tampoco se reaccionó ante las noticias falsas que surgieron acerca del tema.
  • La personificación: En Dallas comparecieron ante los medios, el alcalde de la ciudad, un juez del condado y un responsable del hospital. Desde Atlanta, también el director del CDC, Thomas Frieden, se dirigió a la prensa. En España desde el primer momento en que se descubrió la noticia, no se escogió ningún portavoz que diese la cara. En la primera rueda de prensa compareció la Ministra de Sanidad sin ninguna confianza. Y a posteriori apareció Soraya Sainz de Santamaría desacreditando así a Sanidad.  Ante causas graves se debería escoger otro tipo de representantes, como podría ser el presidente del Gobierno o la vicepresidenta, acompañada del equipo de Sanidad y médicos especializados en el tema.
  • Finalmente si se dieron soluciones, aunque con cierto retraso. Por suerte se tomaron las medidas necesarias para poder habilitar el hospital y tratar a los “enfermos” con los medios adecuados.
  • Como evaluación final se puede determinar un mal asesoramiento de cómo gestionar una crisis. Al PP se le amontonan las críticas y cada vez se le hace más difícil conservar la dignidad y reputación, que durante los últimos años ha quedado en entredicho.

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